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Organización de las Naciones Unidas

Este pasado 23 de junio de 2016,  participamos como ponentes en el Comité de Descolonización de la Organización de las Naciones Unidas en su sede en Nueva York. Aquí puedes leer nuestra ponencia...
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Buenos días distinguidos miembros del comité:

Soy María de Lourdes Guzmán, presidenta del Movimiento Unión Soberanista, organización política que lucha por la descolonización y la soberanía de Puerto Rico. 

Por más de tres décadas decenas de puertorriqueños han comparecido ante este Comité para denunciar la situación de humillación que ha representado ser una colonia de los Estados Unidos y la serie de injusticias que se han cometido contra nuestro pueblo, por una potencia mundial que se dice paladín de los derechos humanos. Estos derechos humanos se violentan sistemáticamente en mi país, siendo el más importante de ellos el derecho a la libertad. Desde la invasión militar que llevó a cabo ese país en el 1898, Puerto Rico ha sido sometido a diversos modos de explotación y abusos que incluyen la devaluación de nuestra moneda en un 40%, la destrucción de nuestra agricultura, la suplantación de nuestras instituciones, el menosprecio a nuestra idiosincrasia como pueblo, la utilización de nuestros jóvenes como carne de cañón en guerras que no nos conciernen, la utilización de 13% de nuestro territorio para el establecimiento de bases militares por las que no pagan un solo centavo a nuestro país, la incautación de las Islas municipio de Vieques y Culebra para prácticas militares, almacenando bombas y materiales tóxicos, envenenando a nuestra gente y destruyendo la hermosura de esos terruños atesorados por nuestro pueblo; la feroz y cruel represión contra las fuerzas patrióticas que a lo largo de un siglo han resistido la ocupación ilegitima de nuestro suelo, la imposición de las leyes de cabotaje que nos obligan a utilizar la marina mercante más costosa e ineficiente del mundo para transportar la mercancía que llega a nuestro país, el control férreo sobre nuestras fronteras, la aduana, el comercio, la inmigración, la transportación aérea, el correo, la banca y la imposición de un tribunal federal que solo sirve para garantizar los intereses económicos y políticos del gobierno federal y para reprimir a todos los que osan desafiar su autoridad.

Los gobiernos que se han turnado en el poder en Puerto Rico, han actuado en bochornosa complicidad con el gobierno estadounidense, complicidad que se hizo manifiesta en el año 1953 al hacerle creer a nuestro país y a la comunidad internacional, que con la creación del Estado Libre Asociado (ELA) habíamos alcanzado niveles de gobierno propio, logrando así, que Puerto Rico fuera excluido de la lista de territorios no autónomos contemplados en el art. 73 del cap. XI de la Carta de las Naciones Unidas. Los que reclamamos la soberanía para nuestro país, hemos denunciado siempre la burda patraña que ello representó. Sesenta y tres (63) años más tarde, los Estados Unidos confiesa su crimen ante el Tribunal Supremo de su país, foro que acaba de dictar sentencia condenatoria, declarándonos territorio sujeto a los poderes plenarios del Congreso estadounidense. Mientras Estados Unidos admite su engaño, actúa despótica e impunemente pretendiendo imponerle a nuestro país, una Junta de Control Fiscal que habrá de incautarse de nuestras riquezas para distribuirlas a los bonistas y acreedores de fondos buitres, a costa de un mayor empobrecimiento de nuestro pueblo y dejándonos en un total estado de indefensión. La Junta persigue cobrar $73,000 millones de dólares en deuda generada por las administraciones neoliberales que se han turnado en el poder y que han gobernado para proteger los intereses del capital extranjero y la permanencia del sistema colonial. La acumulación de esa deuda ha sumido a Puerto Rico en una profunda crisis que, en la pasada década, ha expulsado de nuestro país a más de 400,000 compatriotas que no encuentran futuro a sus aspiraciones y sueños. Hoy, el 46% de nuestra población vive bajo niveles de pobreza, lo que ha desencadenado una larga lista de males sociales que ha deteriorado, de manera alarmante, nuestra calidad de vida.  

A pesar de 118 años de abuso, saqueo y explotación a la que ha sido sometido nuestro pueblo, Puerto Rico sigue siendo una nación en lucha y resistencia, siguiendo el ejemplo de patriotas como El Maestro Pedro Albizu Campos y nuestro preso político Oscar López Rivera. El reclamo incesante de excarcelación de Oscar López, quien acaba de cumplir 35 años de prisión al presidente Obama quien, lastimosamente, se ha sumado a la lista de los verdugos de nuestro pueblo, ha caído en oídos sordos. Ante el atropello y la opresión de la que ha sido objeto nuestro país por parte del gobierno estadounidense, exigimos, una vez más, que la comunidad internacional se una a nuestro pueblo en la denuncia, condena y terminación de la situación colonial de Puerto Rico. Ni Oscar López merece un día mas de encierro ni Puerto Rico merece un día mas como colonia. ¡Viva Puerto Rico libre! 

Muchas gracias.

Ponencia de la Lcda. María de Lourdes Guzmán ante el
Comité de Descolonización de la Organización de las Naciones Unidas 2014


Buenos días distinguidos miembros del comité:

Soy María de Lourdes Guzmán, presidenta del Movimiento Unión Soberanista, organización política que lucha por la descolonización y la soberanía de Puerto Rico. 

Nuevamente comparezco ante ustedes, para denunciar la humillante situación que vive mi país hace 116 años, luego de la invasión militar estadounidense y como, luego de de una cruenta represión contra las fuerzas patrióticas puertorriqueñas, los Estados Unidos y el gobierno colonial a su servicio, fraguaron un monumental engaño a nuestro pueblo y a la comunidad internacional, haciéndoles creer que con la aprobación de la Constitución, Puerto Rico había alcanzado niveles de gobierno propio. A la colonia se le bautizo con el nombre aberrante de Estado Libre Asociado. Así lograron que Puerto Rico fuera excluido de la lista de territorios contemplados en el art. 73 del cap. XI de la Carta de las Naciones Unidas. Ello, trágicamente, le proveyó a los Estados Unidos patente de corso para ultrajar a nuestro pueblo y utilizarlo libremente para su exclusivo beneficio. Esos que se proyectan ante el mundo como defensores de los derechos humanos y que aún mantienen un campo de concentración en la provincia de Guantánamo, Cuba, se han convertido en nuestros verdugos, aplastando toda esperanza de desarrollo social, económico y político. Nuestra única patria, Puerto Rico, se encuentra hoy en un vergonzoso limbo, aislado e invisible ante el mundo.

Frente a esta realidad, no es de extrañar que un gran sector de nuestra población abogue, lastimosamente, por la estadidad, que no es otra cosa que la culminación del coloniaje y que recurran a distorsionar el resultado del plebiscito de noviembre de 2012, omitiendo considerar las más de 400,000 papeletas depositadas en blanco, lo que convertiría el 61% que reclaman como apoyo a la estadidad, en un 45%.

El Estado Libre Asociado, disfraz que se le ha dado a nuestra condición colonial, ha sido el responsable de la emigración de cientos de miles de puertorriqueños, la que se ha acrecentado en la última década, estimándose que han abandonado el país más de medio millón de compatriotas. El 46% de nuestra población vive bajo niveles de pobreza. La deserción escolar ronda en el 23%. La tasa de participación laboral es de 39%, la tasa oficial de desempleo está en el 14%. Ante este cuadro, miles de jóvenes boricuas se marchan a servir en el ejército de los Estados Unidos, a pelear guerras ajenas, seducidos por la prédica engañosa de un mejor futuro. Muchos llegan mutilados, enfermos y otros muertos.

Las Islas de Vieques y Culebra fueron bombardeadas inmisericordemente por décadas, provocando enfermedades catastróficas en la población. La marina de guerra estadounidense se ha negado, de manera contumaz, a limpiar la basura y el material tóxico producto del bombardeo, que sigue amenazando la vida de los viequenses y de los culebrenses.  A ciencia y paciencia de las autoridades federales que controlan nuestras fronteras, Puerto Rico se ha convertido en puerto de trasbordo de drogas ilegales hacia los Estados Unidos. El trasiego de drogas, ha cobrado miles de vidas de jóvenes puertorriqueños.  

Los Estados Unidos aplican a Puerto Rico las leyes de cabotaje, imponiéndonos la utilización de barcos de construcción, tripulación y bandera estadounidense que es la más costosa e ineficiente. Hoy, estados como Hawaii, Alaska y California, luchan también por la exención de la aplicación de dichas leyes, reclamo que, como el nuestro, ha caído en oídos sordos.

La aplicación a Puerto Rico de la cláusula de comercio interestatal de la Constitución estadounidense, es otro instrumento de opresión a nuestro pueblo. Esta ha permitido el establecimiento desmedido de cadenas comerciales de ese país en Puerto Rico. El comercio puertorriqueño, indefenso ante la supremacía de esta disposición constitucional, ha sido ferozmente desplazado por estas megatiendas, ocasionando el colapso de nuestra economía. El Tribunal de Distrito Federal, implantado en Puerto Rico para defender los intereses del gobierno de Estados Unidos y que además, nos quiere imponer la pena de muerte, ha sido cómplice consciente de este atropello.

Las fuerzas de seguridad de los Estados Unidos, tales como el FBI, han sido responsables de la persecución, la ejecución y el encubrimiento de asesinatos de luchadores independentistas. El FBI asesinó a Filiberto Ojeda Ríos (2005), encubre los crímenes de Santiago Mari Pesquera (1976) y Carlos Muñiz Varela (1979) y rehúsa atender los reclamos de nuestro pueblo para el esclarecimiento de estos asesinatos. Del mismo modo mantiene preso al compatriota, Oscar López Rivera, quien acaba de cumplir 33 años de cárcel por conspiración sediciosa y se ha tornado indiferente al reclamo cada vez más abrumador, por su excarcelación.

Luego de 116 años de dominio estadounidense, el pueblo puertorriqueño está sumido en la desesperanza y la miseria. Los Estados Unidos invisibilizan y sabotean nuestra lucha de resistencia y se niegan a reconocer y respetar el derecho de nuestro pueblo a su libre determinación. Es por ello, que el apoyo y la solidaridad de los pueblos del mundo resulta imprescindible.

En los trabajos de la II Cumbre de la CELAC, se aprobó una declaración en la cual se reitera el carácter latinoamericano y caribeño de Puerto Rico y el compromiso de continuar trabajando para lograr que la región de América Latina y el Caribe sea un territorio libre de colonialismo. En ese espíritu comparecemos aquí hoy, recabando que se haga valer lo dispuesto en la resolución 1514 (XV) de la ONU, que exige, entre otras, que “…en todos los demás territorios que no han logrado aún su independencia deberán tomarse inmediatamente medidas para traspasar todos los poderes a los pueblos de esos territorios, sin condiciones ni reservas, en conformidad con su voluntad y sus deseos libremente expresados, y sin distinción de raza, credo, ni color, para permitirles gozar de una libertad y una independencia absolutas”. Puerto Rico, como nación latinoamericana y caribeña, no merece menos. Muchas gracias.

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Ponencia de la Lcda. María de Lourdes Guzmán ante el
Comité de Descolonización de la Organización de las Naciones Unidas 2013

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Buenos días distinguidos miembros del comité:

Soy María de Lourdes Guzmán, presidenta del Movimiento Unión Soberanista, organización que lucha por la descolonización y la soberanía de Puerto Rico. 

Provengo de una patria esclava, invadida por el ejército estadounidense en 1898, cuando asomaba en nuestra vida como pueblo la esperanza de la autonomía.  Con la invasión se vendió el sueño de una vida de bonanza y democracia.  Poco duró la ilusión. 

A la invasión le siguió la imposición del idioma inglés y se suplantaron nuestras instituciones educativas, judiciales y legislativas. De un plumazo, el gringo nos impuso su ciudadanía. Con el pretexto de proveernos la prosperidad prometida, acabaron con nuestra economía, principalmente agrícola, para dar paso al establecimiento de las industrias de capital estadounidense. Según arrancaron nuestros cultivos, arrancaron de nuestro suelo a cientos de miles de compatriotas que emigraron al noreste de los EEUU.

Con el servicio militar obligatorio, decenas de miles de puertorriqueños fueron a pelear las guerras de Corea y Vietnam, muriendo cerca de 16,000 soldados boricuas. Una vez se hizo voluntario, los ejércitos se llenaron de jóvenes desempleados, seducidos con la prédica engañosa de un mejor futuro. Decenas de miles han perdido sus vidas, su salud mental y otros han resultado mutilados, peleando allí donde el Imperio norteamericano y su complejo militar industrial decida que hay que defender al capitalismo en nombre de la libertad y su manoseada democracia. Muchos jóvenes boricuas siguen derramando su sangre en las guerras promovidas por EEUU, cautivados por un ejército sanguinario que explota su condición de marginalidad.  Así también, contrario a lo que hacen en países soberanos, EEUU ha mantenido bases militares en nuestro suelo, sin pagar un centavo por ello.

Con la ilegal ocupación de nuestro país,  vino  la brutal represión contra las fuerzas patrióticas que enfrentaron el abuso imperial y la llegada de las fuerzas de seguridad del gobierno norteamericano. El Negociado Federal de Investigaciones (FBI por sus siglas en inglés) en complicidad con la autoridad del tribunal de distrito federal en Puerto Rico, ha dedicado gran parte de sus esfuerzos a perseguir y a reprimir los que han representado un desafío a la hegemonía del gobierno estadounidense.  Recientemente, el gobierno federal impidió la salida del país, al presidente del Partido Nacionalista de Puerto Rico, Francisco Torres, en un acto de franca prepotencia y despliegue de abuso de autoridad.

A lo largo de este siglo, decenas de independentistas han sido apresados, perseguidos y asesinados.  El asesinato de Filiberto Ojeda Ríos, comandante del ejército popular boricua “Los Macheteros”, ocurrido en 2005, asesinato ejecutado y encubierto por el FBI, sigue impune.  Con nuestros presos políticos se experimentó con radiación, siendo una de sus víctimas, uno de nuestros más ilustres patriotas, el Dr. Pedro Albizu Campos, fallecido en 1965.  Como trofeo de toda esta cruenta ola represiva, aun mantienen en sus mazmorras, luego de 32 años de cruel encierro, al preso político más antiguo del mundo y héroe de nuestra lucha libertaria, Oscar López Rivera, cuyo reclamo de excarcelación es hoy apoyado por todo el país. 

Durante 60 años la marina estadounidense ocupo 2/3 parte de la isla municipio de  Vieques, para prácticas militares. A 10 años de su salida de la isla, este cuerpo castrense se niega, temerariamente, a limpiar sus mares y terrenos de la contaminación sufrida.  La presencia de la marina en esta  hermosa isla, dejo tras de sí destrucción, miseria, enfermedad y muerte.  El cáncer en Vieques es el más alto en todo Puerto Rico.  Estudios del Departamento de Salud reflejan, que el riesgo de morir por cualquier enfermedad es 11% mayor que en todo Puerto Rico.  El promedio de mercurio, arsénico y uranio en la sangre y orina de los viequenses, es alarmantemente mayor que en todo Puerto Rico.

Otra muestra del abuso que ejercen los EEUU, es la aplicación absoluta de las leyes de cabotaje a Puerto Rico, imponiéndonos la utilización de barcos de construcción, tripulación y bandera estadounidense. Ello nos impide utilizar embarcaciones internacionales para el transporte de carga marítima, las que resultan más eficientes y económicas. Dado que importamos más del 80% de los bienes que consumimos, nos mantienen a la merced de las navieras que controlan el transporte marítimo entre Puerto Rico y Estados Unidos., pagando el precio más alto por ello  A pesar de que a otros territorios se les ha eximido de la aplicación absoluta de estas leyes,  a Puerto Rico se le han negado las opciones de exención, en un acto de patente discrimen.  Un reciente informe de la Oficina de Contraloría General de EEUU (GAO por sus siglas en inglés), reconoce  descaradamente, que eximir a Puerto Rico de las leyes de cabotaje, tendría un impacto negativo para la marina mercante estadounidense y para la industria de construcción de estos navíos.

Hoy, como tantos otros compatriotas, comparezco a denunciar el burdo engaño del que fuera objeto la Organización de las Naciones Unidas en 1952 cuando, en contubernio con el gobierno colonial local, se creó el Estado Libre Asociado de Puerto Rico y se aprobó su Constitución. Así, se les hizo creer que  Puerto Rico había logrado un nivel de gobierno propio, con lo que Estados Unidos logró que nuestro país fuera excluido de la lista de territorios coloniales.  No obstante, Estados Unidos continúa controlando la vida de los puertorriqueños en todos los órdenes. Somos simple y llanamente, la colonia más antigua del imperio norteamericano.  A la altura de siglo 21, Estados Unidos perpetúa el crimen del coloniaje en nuestra patria, impunemente. Gracias a su poder político y económico, han logrado impedir que nuestro caso sea atendido en el pleno de la Asamblea General de este organismo y que se les desenmascare internacionalmente.

Desde la aprobación de la Resolución 748 (VIII) que eximió a EEUU de rendir informes sobre Puerto Rico, se han celebrado cuatro consultas sobre status en el país. Todas han sido realizadas contraviniendo el derecho internacional y ninguna ha tenido carácter vinculante para el gobierno de E.U.

Aun cuando nuestra organización apoya la Asamblea Constitucional de Status para su descolonización, cabe señalar, que en la última de estas consultas, celebrada el 6 de noviembre de 2012, un 54% de los votantes expresó su rechazo al sistema político imperante.  Sin embargo, el gobierno de los Estados Unidos se niega a atender,  las solicitudes de cambio en nuestra relación política.  Por el contrario, en abierto menosprecio a la voluntad de los puertorriqueños, el Presidente Obama ha solicitado la aprobación de dos millones y medio de dólares para un nuevo plebiscito disponiéndose, que las opciones de estatus no puedan ser incompatibles con la Constitución y las leyes de EEUU.  Esto permite mantener entre las opciones, al status colonial actual que mantendría la soberanía de nuestro pueblo conculcada por el Congreso de EEUU.  Para evadir su responsabilidad,  los Estados Unidos insiste en tratar el problema político de Puerto Rico como un asunto “doméstico” o interno, negando una vez más, el derecho del pueblo de Puerto Rico a su libre determinación, bajo los postulados del derecho internacional. La situación es insostenible.

Hoy, 50% de nuestras familias viven en condiciones de pobreza. Aumentan alarmantemente el desempleo y las personas sin hogar. Crece, trágicamente, nuestra desesperanza.

Hace unos días, el escritor puertorriqueño y profesor universitario, Eduardo Lalo, gano el prestigioso premio internacional Rómulo Gallegos por su novela "Simone”.  Al conocer de la distinción, Lalo indicó que el premio tiene más valor considerando que le ha sido concedido a un autor que proviene de lo que denominó como "un país invisible", que se encuentra fuera de los focos de la atención internacional y aislado en el Caribe.  Nuestra relación política de 115 años con los Estados Unidos no puede mantenernos invisibles ante los ojos del mundo por mas tiempo, cuando la injusticia es evidente.  Es por eso, que comparecemos ante ustedes empuñando  la esperanza, reclamando que se le haga justicia a un pueblo valeroso que  continúa resistiendo el embate de un gobierno tirano que lo ha explotado y empobrecido económica y espiritualmente.  Es hora de que acabe la vergüenza y el abuso de más de un siglo de coloniaje.  ¡Viva Puerto Rico Soberano!

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